KIRA KADAKU

Cuenta la leyenda que hace 400 años, vivía en Australia la tribu de los Kadaku. Su jefe se llamaba Kor Kadaku, su esposa Mara Kadaku y tenían una hija llamada Kira Kadaku.

Un día, cuando Kira acababa de cumplir los catorce años, su madre cayó enferma. Todos los curanderos, tanto de las tribus vecinas como de la tribu Kadaku, hicieron lo posible, pero no consiguieron curarla.

Por la noche, mientras Kira dormía junto a su madre, se le acercó el curandero más anciano de la tribu llamado Noosa y le dijo:

– La única esperanza para tu madre es traerle el agua de la vida.

Al día siguiente, Kira se puso en marcha a buscar el agua de la vida. Primero se dirigió al bosque Uluru y,  después de caminar horas y horas, sintió hambre. 

Alzó la vista y divisó un koala colgado de un árbol; dirigió su arco hacia él, pero el koala le dijo:

– No me mates, y yo te llevaré a las orillas del río Paramata.

Kira aceptó y viajó en la espalda del koala hasta el río. Al llegar allí, tenía aún más hambre, así que lanzó su caña y pescó un pez. El pez le pidió:

– Suéltame y te llevaré navegando hacia el oeste, hasta el desierto de Nambung.

Kira aceptó, y el pez la llevó al desierto dejándola en un oasis.

La niña estaba desfallecida de hambre, y vio asomarse entre unas rocas a un diablillo espinoso. Lo agarró de la cola y sacó su cuchillo para matarlo, cuando el lagarto le dijo:

– Si no me comes, te diré dónde está el agua de la vida.

Kira lo soltó y el diablillo la guio detrás de unas rocas, donde había una flor cuya sangre era el agua de la vida.

Kira llenó una botella y volvió junto a su madre. Pero llegó demasiado tarde, su madre había fallecido.

Kira se acercó al cadáver y, viendo junto a él al curandero Noosa, le preguntó qué podía hacer. Noosa le contesntó:

– El agua de la vida cura a los vivos, nada puede hacer frente a la muerte.

La niña volvió al bosque Uluru y se perdió. Se sentó en una roca y se puso a llorar. Pero detrás de esa roca vio un caracol que le dijo:

– Sé dónde puedes encontrar el paradero del agua de la muerte, que tiene la capacidad de revivir a los muertos.

Kira siguió al caracol hasta una cueva donde había un cactus cuya sangre era el agua de la muerte. Pero el cactus estaba protegido por una serpiente de tres cabezas.

Kira Kadaku se puso a luchar contra la serpiente en una lucha que duraba días y días sin que ninguna venciera. El caracol, rápidamente, fue a llamar a sus amigos.

El primero en llegar fue el koala que le dio a Kira el agua de la vida sacándola de la bolsa de la muchacha. Eso la hizo más fuerte. Después llegó el diablillo espinoso y de dos bocados arrancó dos cabezas de la serpiente. Por último, llegó el pez, se metió en la garganta de la tercera cabeza y la asfixió.

Kira partió el cactus, sacó el agua de la muerte y la llevó corriendo a su aldea.

Nada más llegar, vio a su madre dentro del ataúd a punto de ser enterrada. Apartó a todos y roció el cadáver con el agua de la muerte. Su madre despertó y Kira fue nombrada jefa de los Kadaku y nadie ha oído hablar de su muerte todavía.

Alejandro A.