¿QUÉ FUE DE…?

PINOCHO AÑOS DESPUÉS

Como sabéis, Pinocho era un niño hecho de madera por su padre Gepeto, que al final del cuento que todos conocemos consiguió un corazón y se convirtió en un niño.

Hace algunos años, paseando por la playa, me encontré a un señor que tenía unas marcas que nunca antes había visto en todas sus extremidades, es decir, en su cuello, en sus muñecas, en sus tobillos, etc.

Era muy simpático y como soy atrevido y nunca había visto algo así me acerqué y le pregunté:

– Buenos días señor, me han llamado la atención esas marcas que tiene usted en sus extremidades, ¿me podría explicar cómo se las ha hecho?

Mi sorpresa fue cuando me dijo:

– Señorito, ¿usted conoce a Pinocho?

a lo que yo le respondí:

– ¡Por supuesto!

En ese momento, el hombre me dijo que estaba justo enfrente del mismo Pinocho, por lo que aproveché para preguntarle qué había sido de su vida, el cual muy amablemente me contó su historia:

Después de haberse convertido en niño, creció y aprendió la lección que su padre le explicó tantas veces y que todos sabemos: no hay que mentir. A raíz de esto, se le ocurrió la brillante idea de crear una escuela en la ciudad de Florencia llamada » NUNCA MIENTAS «, que consistía en ayudar a no decir mentiras, ya que me explicó al principio que las mentiras son pequeñas «mentirijillas», pero que con el paso del tiempo pueden crecer y convertirse la persona en una mentirosa compulsiva.

La escuela fue todo un éxito, todos los que acudían a ella conseguían su objetivo y nunca más decían mentiras, pero también me explicó que en alguna ocasión la gente, para no ofender a las personas, puede decir alguna mentira piadosa.

Además, Pinocho decidió cambiarse el nombre para que solo acudieran a él las personas que lo necesitaban y no simples curiosos que al saber su nombre quisieran conocerle. Ahora se llamaba Ochopi.

Pinocho o, el ahora conocido como Ochopi, conoció a una chica llamada Pepiña de la cual se enamoró locamente y juntos formaron una familia con numerosos hijos, concretamente 7. Sin embargo, el pobre había pasado unos años muy triste porque, después de haber ayudado a mucha gente, no lo había conseguido con uno de sus hijos.

Vino a la ciudad de Valencia, porque su hijo le había dicho que si instalaban su residencia aquí, iba a seguir todas sus indicaciones para conseguir no ser un mentiroso.

Les aventures de Pinocchio de Carlo Collodi - Roberto Innocenti illustrazioni di: (1992) | libreria Metamorfosi

Así pues, lleva viviendo en Valencia cinco años junto a su esposa e hijos, y ese mismo día que me lo encontré me contó que por fin había conseguido el objetivo que le hizo venir a estas tierras y que lo estaba celebrando junto a su familia dándose un baño en la playa, así que fui un niño privilegiado de haber podido conocer a Pinocho en persona y haberle visto tan contento y feliz.

Nicolás.