MEMORIAS DE MIS VIAJES

Desde que soy pequeña a mi siempre me ha gustado viajar con mi familia. Mi primer viaje fue un crucero por el Adriático en el 2011 con toda mi familia. De hecho, mis primeros pasos los di allí.

El siguiente viaje fue París, en agosto del 2013. Me fui con una amiga de Huesca y visitamos toda la ciudad juntos. También fuimos a Disneyland Paris, donde nos lo pasamos en grande.

En la primavera del 2015 viajé a Londres varios días para ver los sitios más importantes de la ciudad. De allí fuimos a Safolk con unos amigos para pasar el día en su casa de campo.

El siguiente viaje familiar lo hicimos ese mismo verano volando a Estocolmo, una ciudad muy bonita llena de museos. Desde ahí cogimos un barco que nos llevó a Helsinki, una ciudad nórdica muy distinta a lo que yo había visto hasta entonces. Mi madre se motivó y nos hizo ver un montón de edificios de Alvar Aalto (se pasó un poco).

En el puente de octubre de 2015 nos fuimos a Munich, donde aprovechamos para conocer la ciudad y visitar a unos amigos que tenemos allí. Nos gustó tanto esa zona de Alemania y lo pasamos tan bien que volvimos en agosto de 2016. Aprovechamos para estar en la casa de los Alpes de nuestros amigos, hacer muchas excursiones y participar en una fiesta tirolesa.

Desde los Alpes fuimos a Viena, una ciudad llena de palacios. Y terminamos el viaje en Budapest. Dos antiguas ciudades separadas por el Danubio, el rio más grande de Europa.

En la semana santa del 2017 nos fuimos a Baena a ver sus procesiones, unas fiestas declaradas de bien de interés cultural. También es muy famosa por sus tambores, pues se pasan varios días y noches la gente del pueblo tocando sin parar (a mi me costó un poco acostumbrarme).

Desde Andalucía, con un avión, cruzamos la Península para continuar las vacaciones en Asturias. Paseamos por montañas muy altas y verdes, situadas junto al mar. Visité varias ciudades y pueblos muy bonitos, pero lo que más me sorprendió fue la mina que visité por dentro.

Ese mismo verano fuimos a Dublín, una ciudad muy alegre y con gran afición a la cerveza.

Tiempo después, en las fallas de 2018 hicimos un viaje muy especial para la familia… nos fuimos a E.E.U.U. y no solo vimos dos ciudades increíbles sino que convivimos varios días con la familia americana de mi padre de cuando tenía 16 años. Pasamos unos días maravillosos y aprendimos muchas cosas (además de Inglés).

En ese mismo año (2018) fue cuando descubrí Portugal. Fui dos veces: a Lisboa en primavera y a Oporto en otoño. En Lisboa descubrí el pasteix de nata, un dulce tradicional, y en Oporto visité la librería Lello, un lugar lleno de misterios.

El siguiente viaje que recuerdo fue en julio de 2019, cuando nos fuimos a Escocia. Visitamos muchos castillos y fuimos por acantilados como el de la isla de Sky. También fuimos en barco por el lago Ness y, por mucho que buscamos, no pudimos encontrar a Nessi (el monstruo del lago Ness). En Edimburgo coincidimos con el festival de teatro, viendo funciones mientras paseábamos. Nuestra ruta terminó en Glasgow, una ciudad distinta pero bonita.

Además, mi bitácora me recuerda a uno de mis últimos viajes a Francia, donde visité la casa/taller de Claude Monet, pude pasear por los jardines donde se encuentran los famosos nenúfares en los que se inspiró.

También visité Normandía, donde vi los acantilados de Etrait, pintado por muchos impresionistas (no creo que lo olvide nunca, ya que nos atrapó la marea). A este viaje vinieron mis abuelos y tenemos muy buenos recuerdos.

De todos los viajes he aprendido algo nuevo y este año echo mucho de menos viajar porque para mí «viajar es vivir».

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Eugenia.